Si hablamos de Milka, hablamos de chocolate. Lo que nos viene a la mente nada más escuchar esa palabra a nuestra mente, es, quizás, la famosa vaca que caracteriza a esta empresa propiedad de Kraft Foods.
Un paseo por los Alpes suizos
La historia de Milka (del alemán Milch und Kakao, leche y chocolate) nos lleva a mediados del siglo XIX a Suiza, donde un chocolatero y empresario llamado Philippe Suchard transformó el chocolate – un manjar que sólo podía disfrutar la alta sociedad europea – en algo al alcance de todo el mundo.
Suchard fundó la primera fábrica en Neuchatêl el 17 de noviembre de 1825 con el objetivo de crear repostería, cuyo ingrediente principal fuese el chocolate. A finales de siglo, tras la aparición de nuevos métodos para la fabricación de este dulce y gracias a la ayuda de su yerno, Suchard expandió el negocio rápidamente, incluyendo algo por lo que es conocida esta marca: el chocolate con leche.
En 1901, Philippe, tras crear la empresa chocolatera, comercializa su primera tableta de chocolate llamada Suchard Milka con un revolucionario envoltorio de color lila. El nombre que hoy caracteriza a la empresa se les ocurrió de una simple idea a raíz de la combinación del chocolate con leche.
El eslogan inicial de la empresa para posicionar el producto al público era una idea sencilla que todavía hoy en día se mantiene vigente en la compañía: “Milka, la más tierna tentación por estar hecha de leche alpina”.
Los orígenes de la vaca de Milka
La vaca es la representación del producto que de este animal se obtiene, siendo también una imagen perfecta para simbolizar los parajes suizos donde conviven. El color lila viene inspirado por el dicho de la compañía “familiarízate con aquello que es extraño, convierte en extraño aquello que es familiar”.
Milka da a conocer un envoltorio que representa la imagen de una vaca sobre un fondo morado, cuya única finalidad es atraer a la gente sobre esta marca.
Aunque no fue hasta mediados de los 70 cuando empezó a aparecer la vaca tan característica que se conoce hoy en día, dicha combinación asociada al animal y al color representan los valores de la marca, como la ternura y dulzura: “En los Alpes el aire es más puro, el agua más transparente y los prados más verdes. Es por eso que sus vacas proporcionan una leche de más calidad. Y una leche de calidad da un chocolate más tierno y cremoso”.
En la actualidad, la vaca representa no sólo la identidad de la marca chocolatera, sino un emblema para la sociedad actual en la que vivimos, también calidad, simpatía, credibilidad y jovialidad.
Dicho icono contribuye a la venta de 400 millones de tabletas de chocolate, 30 millones de conejos de Pascua y Papá Noel, además de otros productos de la gama Milka.
¡Qué curioso! No sabía nada sobre la historia de Milka, y menos cómo surgió la vaca. Menos mal que estás tú para informarnos sobre este tipo de cosas.
¡Un saludo!
Chocolateeee……..!!!!!!!!!!!!!
¡Me encanta el chocolate Milka! Viví tiempo en Suiza y es de todos los chocolates, el más rico. Soy Suizo Uruguayo 🙂