El chocolate es uno de esos placeres terrenales que no falta en nuestra vida diaria: ya sea en tableta, líquido para beber a la taza, o en cualquier receta gastronómica en la que da ese toque dulzón que a todo el mundo gusta (o a casi todo).
Tiempo atrás se consideraba alimento de los dioses, como en su día lo fue la ambrosía para las divinidades griegas y romanas, llegando hasta el punto de ser objeto de culto para mayas y aztecas.
El origen del chocolate
El cacao proviene de la planta homónima conocida más explícitamente como Theobroma cacao, la cual crecía de forma natural en selvas tropicales del Amazonas y Orinoco, con su posterior extensión a su cultivo en Centroamérica.
En tiempos remotos, durante la época maya, este preciado grano era moneda de cambio hasta que un día, de manera fortuita, una persona trituró el fruto mezclándolo con agua y descubrió sus propiedades alimenticias además de su intenso sabor.
En Europa no fue hasta en tiempos de Hernán Cortés cuando empezó a darse a conocer, pese a su reticencia inicial – los mayas lo elaboraban a base de granos de cacao, especias y pimienta –, pues consideraban esta mezcla muy amarga y fuerte.
Con el paso del tiempo y gracias a los jesuitas esta tendencia cambió, y se optó por elaborar chocolate a base de ingredientes dulces y aromáticos como la miel, el azúcar de caña, el anís, la vainilla, la canela, la almendra… siendo éstos elementos indispensables de la receta. A partir de esta ligera variación dicha bebida es aceptada por ser tonificante y energética por la nobleza española.
Transformación y estandarización
Tiempo después, en el siglo XVI, empezó a gestarse el chocolate tal y como lo conocemos, tomándose en un primer momento y exclusivamente en forma de bebida caliente.
Los adelantos técnicos realizados en los siglos XVII y XVIII hicieron posible que dicha mezcla diese un giro de 180 grados frente a su primigenia forma inicial, gracias a la máquina hidráulica, que permitía triturar el grano, dando la posibilidad de consumirlo de forma sólida o en pastillas. Esto daba la posibilidad de transportarlo fácilmente y conservarlo durante largos periodos de tiempo.
Algunos de los ingredientes que maquillaban dicho gusto amargo desaparecieron para mantenerse en la vainilla, la caña de azúcar y la canela.
En 1828 Conrad Van Houten fue el precursor del cacao en polvo, creando una prensa capaz de separar la manteca de cacao y el polvo de cacao. Su descubrimiento dio pie a saber las cualidades de la manteca del chocolate: sólida a 20 grados centígrados, pero que se funde a temperatura bucal.
Este descubrimiento tan importante no pasó desapercibido para el suizo Rudolf Lindt cuya teoría dice que en función de la cantidad de manteca utilizada se puede lograr diversos tipos de fundido. Gracias a dicha conjetura Lindt inventó la «técnica del conchado» que mejora la textura y el aroma del chocolate. Pero no sólo eso, también permitió que este fuese más maleable debido a ello: más firme para bombones o tabletas y más flexible para el chocolate de cobertura, pues debe revestir pasteles.
Otro gran logro en la historia de tan preciado dulce fue el introducido por Daniel Peter en 1875; el suizo dio a conocer el chocolate con leche gracias a las innovaciones del tratamiento del lácteo realizadas por Henri Nestlé.
Dulce despedida
Esto ha sido, a grandes rasgos, el origen de uno de los placeres más ancestrales de la humanidad, un producto que pasó de ser un grano a transformarse en un dulce irresistible capaz de adoptar multitud de formas y conquistar a casi todo el mundo.
Actualización Febrero 2019
Me siento a actualizar este post con una nueva información debido a que, en una reciente publicación, la revista internacional National Geographic ha catalogado Honduras como el lugar donde nació el chocolate. Tal afirmación tiene detrás la investigación de unos restos de cacao encontrados en un recipiente de los años 1100 a.C. y 800 a.C., hallados en excavaciones arqueológicas realizadas en Puerto Escondido. Un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Pensilvania.
Si necesitas un listado de todos los pastelitos y dulces de chocolate que he tomado a lo largo de mi vida…¡no esperes que quepan en esta web!
jajaja, ¿como los de la última foto también? yo no he comido chocolate en tanta variedad, solo lo típico 🙁
No, los de la última foto no…:(
Me ha sorprendido gratamente el artículo, el chocolate como moneda de cambio (increíble) , nunca me acostaré sin saber algo nuevo, genial artículo iRe! 🙂
Este articulo me ha parecido muy interesante, yo soy amante del increíble sabor del chocolate pero nunca me había preguntado acerca de su nacimiento. Te agradezco por tu tiempo de escritura y enseñanza de este genial articulo.
Me gusta el diseño de tu página. Y claro, ¡amo el chocolate!
Hoy vi una nota que decía que National Geographic ha destacado Honduras como el sitio donde por primera vez apareció el cacao. Me acordé de este artículo, quizá deberías revisar y actualizarlo 🙂
¡Listo! Gracias por el aviso 🙂
Muy buena informando. Gracias.