Te sientes débil y crees que lo único que puede mejorar tu día es llevar a tu boca un poco de chocolate. O más que eso. Apuesto a que te ha sucedido alguna vez. «¿Por qué pasa?» – te puedes haber preguntado.
El chocolate contiene feniletilamina, sustancia con propiedades estimulantes que proporciona bienestar y puede llegar a crear cierta adicción. Pero tranquila/o, la cantidad que contiene no es suficiente para generarla.
Son muchas las ocasiones en las que el ser humano utiliza el chocolate a modo de premio, asociándolo a un estímulo positivo. La adicción a él surge más por ella, por ser un alimento prohibido, que por la sustancia mencionada.
Por otro lado también contiene triptófano, precursor del neurotransmisor de la felicidad: la serotonina. En momentos premenstruales o sobre estados anímicos bajos, los niveles de ésta última no son muy altos y el organismo puede manifestar en consecuencia la falta de triptófano.