El chocolate salvó vidas durante el holocausto

El chocolate puede salvar vidas en los momentos más duros. Así lo corrobora esta hermosa historia: Francine, una novelista de origen judío vino al mundo en 1933, justo cuando Adolf Hitler puso en peligro la vida de muchísimas personas. Por aquel entonces, los niños exiliados tenían el privilegio de poder elegir varios objetos dentro de una pequeña bolsa. La madre de nuestra protagonista le dio dos onzas de chocolate por si, en algún momento de esa pesadilla, le faltaban las fuerzas o desfallecía.

Francine ChocolateEstas onzas de chocolate fueron a parar a una compañera de celda embarazada, que estaba a punto de dar a luz y tenía un aspecto físico desagradable por las duras condiciones en las que convivían. Por suerte para Francine, su compañera y su recién nacida seguían con vida seis meses después de este tierno suceso.

Décadas más tarde Francine Christophe participó en una conferencia en la que ponía de manifiesto qué habría pasado, si las víctimas del nazismo hubieran recibido atención psicológica en 1945, cuando la mayoría de los presos fueron liberados.

Minutos antes de empezar la conferencia, y de manera repentina, una mujer se acercó a Francine y le metió algo en el bolsillo. Inquietada, Christophe sacó el objeto que tenía dentro: era un paquete de chocolate. Inmediatamente la persona que se lo entregó contestó: «Yo era el bebé».

Esta emocionante historia puede observarse en el documental HUMAN, que explora el comportamiento y el significado del ser humano. Y es que sin lugar a dudas, historias como estas merecen ser recordadas.

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